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Había en sus ojos esa irónica malicia de quien usurpa la personalidad de otra persona. Eran ojos de mirada hipnótica repleta de vagos matices tras los que se adivinaba una camaleónica y perversa capacidad para mostrar distintas facetas de carácter sin permitir entrever una sombra de disimulo, una facultad de diversificación que sólo los grandes Read.
